martes, 5 de enero de 2010

MOMENTOS


Hay de esos momentos difíciles en la vida en los que no sabemos si es mejor pensar o sentir, en los que una caricia confunde y tranquiliza al mismo tiempo. Momentos en los que quisiéramos borrar historias pero no sentimientos, en los que quisiéramos olvidar los fracasos que el tiempo a tatuado en el alma. Momentos de loco desvarío, de buscar instantantes innecesarios fraguados en la distancia, momentos de otros, momentos nuestros, de esos que inhiben, de esos que adormecen, de esos que finalmente embriagan, mitigan culpas porque están en medio de una historia sin culpables.

Y momentos de olvidado llanto, de esos que perpetuan las nostalgias, que alargan conversaciones sin causa, que perforan la piel que arde porque dentro no hay lugar para llamas. Momentos en lo que el placer yace olvidado, en los que es mejor callar que herir, en los que una espada clavada diría más que un tormentoso silencio. Y hoy hay momentos en los que la soledad me complace, en los que toda explicación está mejor conmigo que en cualquier línea rota de un escrito. Momentos en los que una nada cotidiana es el mejor consuelo para acompañar lágrimas perdidas en este ensueño. Y momentos que se pronuncian en nuevos comienzos, dotando de vida el sinsentido de algunas almas perdidas en mares profundos de confusión y desespero.

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