viernes, 23 de abril de 2010

PODRÍA CAMBIAR LA HISTORIA


Podría cambiar la historia, decir que la conocí en un bar mientras bebía una copa de vino en soledad, que se sentó a mi lado a escuchar Malher en cualquier recinto vacío, que se cruzó en mi camino al teatro, que la veía patinar en el parque mientras yo leía alguna pagina de un libro… podría cambiar la historia y decir que me la presentó algún loco amigo, que la vi en la facultad, que nos topamos en una galería, que intercambiamos sonrisas en un banco, que perdimos el mismo tren… Podría cambiar la historia, decir que tuve una noche de pasión y quede anclada a su cuerpo, que me sedujo con sus labios mientras yo apenas adivinaba su cuerpo, que todo eso me tiene absorta y que son las noches que hemos pasado caminando en la playa las que me desvelan.

Podría cambiar la historia, la falta de presencias en mi vida podría atribuírsela a mis individualidades, a mis comportamientos tontos e inconscientes, y en otros casos a mis grandes pretensiones, podría decir que he decidido estar sola, que he sido consecuente con mis dudas, que he tomado el camino menos singular…Responsabilizaría a la distancia de mis decisiones, de mis ansiedades y de mis preguntas, diría que me he sido fiel y por eso nunca he sido lo que muchos esperaban…

Podría cambiar la historia, hoy, a falta de miramientos y prejuicios podría escribirle una carta al pasado, explicarle mis dudas y temores, hablarle ahora sin silencios, sin secretos y descuidos… decir lo que nunca dije a tiempo y las muchas otras cosas que siempre callé… tratar de sorprender con mis sentimientos, con esas cosas que nunca mostré…hoy podría decir por qué mentí, por qué callé, por qué me fui, por qué no luché. Diría con sensatez que buscaba, que esperaba, que quería…daría otro final, menos amargo, menos tosco, menos frío, el final que quizá se esperaba. Pondría un punto final que permitiera el olvido como esas cosas que pasan y se van porque no hicieron ningún lío. Cerraría la historia con un duelo de por vida, no con esas tristes frasecillas que quedan en el viento, que ponen sonetos en las notas de cualquier guitarra apagada. Bebería esa copa de vino más lentamente, encendería solo un cigarro, hablaría despacio y me iría cambiante como siempre lo he sido, sin búsquedas, sin fantasías, sin soberbias, sin deseos…sin plantar flores en las tumbas del pasado.

Pero hoy me sorprende el silencio, me lleno con un abanico de ausencias, me visto con la distancia, voy caminante delirante, sin ansiedades que vayan más allá de mis ojos, mas allá de las sonrisas… hoy pienso en el amor como un Márquez en los tiempos del Cólera, como aquel maniático que no busca pero encuentra, como aquel que no sabe lo que quiere pero si lo que desea…susurro con el viento lo que anhelo, siento todo y no me pregunto los por qués, voy fraguando mis preguntas, no medito sino de aquello que no atente contra lo que siento, contra lo que inspiras, contra lo que veo. Suprimo a mi paso cualquier idea de alejarme de ti, se que en nada cambia la historia de nuestro encuentro, pero no parpadeo, sigo con mi mirada tranquila, encontrándote en el celeste, viviéndote cada día, inundándome con tu risa, navegando con nuestros silencios.

No necesito saber nada de ti, ni tu nombre ni tu sexo, solo necesito sentirte clavada en mi, delirantes en nuestro sueño. Nos damos todo y nada, apostamos todo y nada, disfrutamos de todo y nada, entendemos lo que es todo y lo que es nada, y seguimos adelante porque somos masoquistas, porque somos incoherentes, porque después de tanto no creer en el amor uno termina amando ese sentimiento que se le parezca, buscando esa forma de perder la razón. Llenamos con la ausencia los vacíos que las presencias no han podido llenar, escuchamos el eco de nuestras risas, nos vemos atraves de espejos en las entrecortadas líneas que tenemos.

Es paradójico el destino, es poco lo que puedo declarar, viéndome presa de sentimientos que me hacen soñar, que me tornan inconcluso el despertar…

Es paradójico el destino, es poco lo que puedo declarar, solo sé que he ido aprendiendo con signos mudos otro concepto de amar…

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