Hoy comprendí que no son solo los arrebatos los que llevan a la muerte de deseos,
comprendí que el ser pasional necesita mas que sábanas blancas,
que las seguridades también nacen de nuestras desconfianzas,
comprendí que para tener fe hay que olvidar las plegarias,
que el mundo emana viento en muchas direcciones,
que el sentirse ajeno a uno mismo es más que un derroche de una noche.
Comprendí que los besos reposan en los retratos olvidados,
que la conciencia es más que un cúmulo de moral hecho trizas,
que el ser que se despliega ante la inmensidad del mundo no entiende de razones,
que basta con ser más ingenuo en la obstinada noche.
Comprendí que el ser normal pasa por la línea de un escote,
que hay fronteras que no entienden de reproches,
que es más gentil donar sonrisas que pagar favores,
que no hay que buscar razones cuando sientes que de una nada cotidiana pueden surgir tus decisiones.
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